El saxo de Coltrane

 Oigo tu saxo en la noche

henchido de dolor de vivir.

Veo una calle solitaria,

con la luz triste de las farolas

reververando en el asfalto humedecido.

La lluvia se dispersa tamizada

en el silencio nocturno,

que unos pasos solitarios

procuran profanar.

Oculto por las sombras

el solitario se busca

sin encontrar su voz.

La noche se dilata

en profundidad de pozo,

donde el saxo melancólico

persigue los iris

reflectantes de la luz.

Conduelos fugitivos

que el saxo de Coltrane

se empeña en recordar.

La luz aviva los bordes del dolor,

y todo en él es luminosidad.

Lo que hace al hombre

es su memoria, donde queda

permanente la llaga del nacer.

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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