Cuestiones cuestionables

 Sólo una letra separa a la mujer pura de la puta.

Nadie enmendará mi opinión de que tras el coito

sólo persista la orfandad de la muerte.

Ahora acierto a comprender

por qué a copular llama el vulgo

echar un polvo. La mujer

es polvo y sólo polvo puede trasmitir;

a ellas debemos el barro que nos forma,

ese barro indestructible

del que la jovial ciencia nos convence.

Y el alma, ¿es inmortal?

Si es un don del neuma de Dios,

participa de su esencia

y su misma existencia comparte.

La carne para nada aprovecha,

la palabra es espíritu y es vida.

La conciencia que somos, el ser puro

es un atributo que sólo Dios nos da.

Si la materia permanece

y divina es la consistencia del alma,

compartimos el mismo enigma

que confiere razón al universo,

y de cuyo propósito participamos;

procedemos del mismo útero

que da matriz al tiempo

y en el misterio de su ciclo

nos englobamos. Juntos

caminamos hacia un destino necesario,

de lo contrario sólo cabría

la vanidad y el absurdo,

la duda de un perplejo ¿Para qué?

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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