CARLOS V: EL HOMBRE

La figura de Carlos V se perfila todavía hoy sin una evaluación definitiva. Para España, como Carlos I, fue un rey foráneo y para Alemania, ese Carlos V, representaba la cabeza de un imperio que no satisfacía sus aspiraciones.
En España, Carlos V, durante el franquismo, pese a la asunción del emblema imperial del águila, no fue excesivamente comprendido y se le consideraba un rey con los intereses puestos más allá de la península, enfrascado en los asuntos imperiales. Porque reyes genuinamente españoles lo fueron Isabel y Fernando y, sobre todo, Felipe II, con quien España alcanzó su mayor dimensión en la historia.

Para la España de principios del quinientos, la figura de este joven rey que se puede decir usurpó la corona a su madre, Juana, recluida en Tordesillas, supuso una pesada losa, tanto institucional como económica. En los albores de su reinado, socabó las instituciones castellanas, inmiscuyendo a sus ministros borgoñones en los puestos más esenciales de las estructuras de poder, y esquilmó las arcas repletas por el pingüe comercio de la lana y el usufructo de América para financiar sus guerras y devaneos en Europa. De semejante abuso fue denunciante la revuelta comunera y las admoniciones de las cortes de Castilla, que de algún modo le hicieron reflexionar sobre sus propósitos y deudas con la corona. Pero, claro está, que Carlos no podía olvidar su majestad como sacro emperador romano germánico.

Hay muchos historiadores que señalan que este fue su gran error, el  de creerse figura mesiánica de un imperio universal cristiano, herencia de los tiempos mediévales. Lo cierto es que Carlos se empeñó en una política que chocaba con la nuevas corrientes que traían los tiempos: los nacionalismos y la reforma de la iglesia. Pero aún en esto fue contradictorio. Porque ¿cómo entender que un convencido erasmista se opusiera tan radicalmente a la Reforma de Lutero, y no reconociera, tampoco, ese florecimiento de la naciones que se oponían a las vernáculas ambiciones de familia de los herederos imperiales?
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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