cantan tristes las cigarras,
al tremolar la guitarra
los recuerdos de la Alhambra.
La luna te mira amarga
mientras su plata moja
por los senderos del agua.
Granada, Granada blanca
de azahares y nevadas,
por el cristal de tus fuentes
fluye la voz de tu alma.
Granada, Granada triste
cuando el poeta te canta
en la madrugada incierta
de fusiles y de arañas,
en la madrugada fiera
de relámpago y guadaña
cuando silenciar quisiste
el vendaval de tu entraña.
Federico Garcia Lorca
ha muerto. Pero aún vive,
pese al lodo de la fosa,
el verdor de su palabra.
Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.
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