Estoy en Asturias.
Por las húmedas calles
de Oviedo no cesa de caer
orbayu. Campanas y silencios,
paseos, recuerdos
del pasado siglo, comer
suculento, cafés con leche
para combatir el fresco,
paraguas abiertos,
se escucha Proud Mary
en muchos lugares
de encuentro. Qué pasar
placentero tan distinto
al adverso de otro tiempo.
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