Llevan demasiado tiempo
las nieves perdurando,
la cruda helada mostrando
el témpano incisivo,
y el harapo de mi sayo
si quiera protege de la helada.
¿ Ese sol lívido que apenas
se adivina entre las nubes,
rasgará la maraña de nieblas
derramando el conforto
tierno y tibio de sus rayos?
¡ Oh, mañana soñada
en el árido periplo de la vida,
cuando la savia nueva reverdecerá
las hojas secas, los retoños...
y fecundará la espera estéril
con el dulzor de un fruto!
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