Un asunto de honor

 Cuando la plena juventud,

me tragó en su vorágine la noche,

perseguido en mi carrera

por los sicarios del mundo y sus jaurías.

Masqué carbones encendidos de desolación.

Mi corazón se derritió entre sus brasas

y su hueco invadieron tormentos aberrantes.

No quiero que esta ignominia se repita;

la honra y el honor el miedo aplaquen.

Y cuando sañudos vuelvan

los chacales del infierno,

me hallen  firmemente al suelo afianzado,

osado el corazón, la espada alerta,

presto para vencer o morir en la refriega.

Ya no soporto la condición de ilota

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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