Caminaba...

 La mar estaba en calma,

el alma tranquila,

sujetas las potencias subterráneas,

caminaba.

Las aguas mansas para la vela,

sin escollos la vereda.

¿Hasta cuándo durará

esa apariencia serena?

Pues cambio es la condición

de cada cosa, y no tardarán

el repecho y la tormenta.

Sin embargo,

no nos detendrán sus presagios...

¡ Habrá que resistir 

a su fatiga y turbulencia!

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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