Redención

 Me remuerde que hayas pasado

y te haya dejado marchar;

que conocieras el secreto

reservado de mi corazón 

y prevaleciera la indiferencia.

¿Habrá otro día, otro..., 

donde el tiempo nos reúna

y no tenga ventajas el azar?

Quisiera estar más cerca,

hasta que tu alma se estremezca

con mi anhelo, y tu frágil

ternura de paloma

revolotee en torno

a la llama de mi dicha.

Enciende esa débil brasa 

de esperanza. ¡ No dejes 

que se apague su fulgor!

Que brille en tus ojos el deseo

y que en mi pecho abrasé

 tal redención...

Compartir en Google Plus

Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

  • Image
  • Image
  • Image
  • Image
  • Image

0 comentarios:

Publicar un comentario