Naufrago en tu amor,
anegado entre las aguas,
a deriva sin la boya de tus brazos,
sin seguridad de estrella que me guie,
buscando el rescate entre las olas
antes de que el mar me engulla
desde los pies al último pedazo.
Sólo soy docto en desamor
mis lomos se desangran por su puya,
que lesiva ahorma mi constancia,
y ya de nada valen las patrañas
de celos, de versos y de tragos,
pues todos mis rincones se han anegado
y buscan un cementerio entre tus brazos
como ratas fugitivas que abandonan mi barco.
Camino por el valle de la sombra del deseo,
desvalido, escuálido, desolado, mendigo,
y sólo busco remanso en tu regazo,
donde fundirme con tu fuego,
leña seca quemando en su brasero
hasta que la llaga del alma desvanezca
y yo muera en el deliquio que pretendo.
Mujer de mi flaqueza, gobiernas mi libido
en las aguas inciertas de mi entraña.
y tu voz zarandea el débil bajel de mi deseo
que dócil acude como huérfano
para sucumbir en el engaño de tu gozo.
Tiene el amor profundidad de pozo,
hondo calado de mar donde naufrago.
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